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jueves, 24 de mayo de 2012

Naranananá.

Era un chico caprichoso que, en su interior, sostenía el peso del mundo. La vida era una carretera tormentosa, y aprendí muchas cosas que los pequeños no deberían saber.
...pero cerraba los ojos, manteniendo los pies firmes sobre la tierra mientras elevaba mi cabeza al cielo. Y, aunque el tiempo pasa, todavía me siento como un niño cuando miro a la luna ...a lo mejor crecí demasiado pronto.
Es gracioso como se puede aprender a entumecer la locura, bloqueándola. Dejé lo peor sin decir, disipándolo... E intenté olvidar mientras cerraba los ojos, manteniendo los pies firmes sobre la tierra, elevando mi cabeza al cielo. Y, aunque el tiempo pasa, todavía me siento como un niño pequeño cuando miro a la luna ...a lo mejor crecí demasiado pronto.
Me acerqué al precipicio, totalmente inconsciente de que podría llegar a caer en él... Una parte de mi nunca será capaz de sentirse estable. Ese híbrido entre hombre y niño, agitado por dentro, estaba a punto de desmayarse; pero, por suerte, desperté a tiempo.
Ángel de la Guardia, navegas a mi lado en este océano. Las nubes anaranjadas siguen su camino transformándose en ti. Y todavía estás vivo. Siempre estás vivo.
Y, mientras cierro mis ojos una vez más, vuelvo a mantener los pies bien firmes en la tierra, y elevo mi cabeza al cielo. Y, aunque el tiempo pasa, todavía me siento como un niño al mirar a la luna.


...a lo mejor crecí demasiado pronto.




jueves, 17 de mayo de 2012

El País de las Maravillas.

...
No supo cómo su día dio un giro de 360º. Bueno, en realidad si lo sabía, la razón era ella. Siempre la había admirado, y desde que tuvo la oportunidad de conocerla a fondo, aún más.
Era de esas personas que tanto le costaba encontrar... Una persona cuya compañía nunca podría llegar a cansarle, una persona que conseguía hacerle reír aunque las situaciones de ese mismo día se hubiesen encargado de hacerle olvidar tal verbo. A su lado, se sentía afortunado a la vez que desdichado. Era injusto que ambos se privasen, durante años, de sus respectivas compañías por asuntos que no tendrían que afectar la relación de dos niños de su edad. Pero ya no eran niños.




Mientras bajaba por la Gran Vía, y tras haberse despedido de su hermana, aprovechaba para admirar la majestuosidad de los edificios del centro madrileño. El caos que azotaba a la ciudad a esas horas de la noche y el ruido de los coches, le incitaron a sumergirse en su música. Así que, sin pensárselo dos veces, conectó sus auriculares a su teléfono móvil, imaginándose, como tantas otras veces, que era el protagonista de un videoclip.
Podría haber cogido el metro, pero prefería ir disfrutando de la cálida noche de verano que la primavera ofrecía en la capital, lo que le ayudó a retomar el contacto con su mundo interior. Mundo de dudas. Mundo de inseguridades. Mundo de arrepentimientos. Mundo de odio... Su peor enemigo.
Seguía preguntándose, como siempre hacía, cuándo sería que alguien pudiese ver a través de él como si de agua se tratara. Sabía que su imagen era capaz de confundir la percepción de la gente respecto a su persona, pero si él no se dejaba llevar por las primeras apariencias nunca, no quería a su lado a nadie que sí lo hiciera. A lo mejor ése era su problema.

- "Políticamente incorrecto, sentimentalmente correcto", pensó para sí.

En realidad, lo que se llevaba en su mundo era eso de ser políticamente correcto, aunque sentimentalmente incorrecto. Luego, muchos se atrevían a llamarle malcriado. A él no podía importarle menos. En realidad, aunque sabía que pocos eran los que le entendían a la perfección, sus más allegados sabían que no era una mala persona y, por más que una panda de desconocidos pudiera decir lo contrario, él sabía bien a lo que atenerse. O no.
Estaba cansado de que su manera de ser le diese tantos problemas. El cambio era una opción pero, ¿se traicionaría a él mismo? ¿Realmente era posible llegar a cambiar a ser algo que él mismo odiaría ser solo por encajar? Cada día lo veía menos claro.
Ya se encontraba por el emblemático Café Jamaica, girando a Princesa, cuando la gran balada del CD que no había parado de escuchar durante los últimos cuatro días terminó. Se dio cuenta de que, inconscientemente, la triste canción había nublado sus pensamientos con sus temores e inseguridades. Según empezó a sonar la siguiente, esbozó una sonrisa. Una sonrisa que casi llega a convertirse en carcajada cuando se dio cuenta de que, hace escasos segundos, estaba fundido en una gran batalla interior. A lo mejor era bipolar.
Sabía que los problemas que la balada sacó a relucir, volverían a ver la luz tarde o temprano. Más temprano que tarde, probablemente. Pero, aun así, decidió disfrutar del tiempo que fuera que le quedaba en "Wonderland", el título de la canción que le hizo sonreír.
Se acordó de su hermana y, de repente, sintió ese cosquilleo que le daba cuando algo le hacía feliz. Era consciente de que esa felicidad era tan efímera como la sonrisa que se le había esbozado previamente, pero decidió aprovecharla al máximo.
Una vez en la cama, sus predicciones se cumplieron.



...pero volvió a soñar.

lunes, 7 de mayo de 2012

Looking in.

Me ves, y me visualizas como el chico que vive en el mundo dorado, pero no te crees que eso sea todo lo que hay que ver. Nunca llegarás a conocer al verdadero yo.
Sonríe através de mil llantos, mientras oculta sus miedos adolescentes. Sueña con todo lo que nunca será y vadea por sus inseguridades... Se esconde en mi.
No digas que lo da todo por sentado, soy muy consciente de todo lo que tengo... No digas que soy desagradecido, por favor, entiéndelo.
Parece como si siempre haya sido alguien mirándome desde fuera... Pues aquí estoy, para que todos me vean sangrar. Pero no pueden quitarme el corazón ni hacer que me ponga de rodillas.
Nunca llegarán a conocer al verdadero yo.


domingo, 6 de mayo de 2012

Felicidades, mamá.

Nuestra relación siempre ha sido un camino lleno de baches y piedras, pero lo que vale la pena nunca es fácil. Quizás no ha estado ahí siempre que lo he necesitado, ha actuado de manera egoísta, me ha contestado mal... Exactamente igual que yo a ella, seguro.
Tendemos a mirar a nuestros padres como Dioses exentos de cualquier defecto, cuando la realidad es que son de todo, menos perfectos.
Por eso, mi relación con mi madre es especial. No sé si será la mejor del mundo, pero a mi me ha enseñado que la perfección es cosa de otro mundo, y creo que no hay lección más importante que esa.
Gracias por intentarlo, que sé que lo haces, y por ser mi amiga, más que mi madre. Deberíamos decir esto más a menudo, pero las convencionalidades son lo que tienen, así que:
Feliz día mamá. Te quiero.




jueves, 3 de mayo de 2012

Sombras


Me envuelven. Ya no solo son eso que proyecto al espacio cuando me pongo contra la luz, sino que se han convertido en lo que soy. Vivo en ellas.
Y no es que me haya vuelto gótico ni nada de eso, aunque lo que escribo tenga un ligero aire a las letras de las canciones de metal, sino que parece que todo lo malo que me ha marcado a lo largo de estos años no ha cicatrizado todo lo bien que yo pensaba. Porque todos cambiamos, es algo natural; nada es hoy igual que ayer. Lo que pasa es que no esperamos que esos cambios saquen a relucir nuestras partes más oscuras, nuestros temores... Y eso es lo que me está pasando a mi. No pensaba que expresar sentimientos costase tanto.
Para variar, el otro día, decidí ir a clase y, esperando ser sermoneado como de costumbre, me lleve una grata sorpresa al verme entretenido y atendiendo a lo que mis profesores estaban diciendo. Una de ellas centró su clase en todos nosotros, los seres humanos, y en cómo hemos empezado a guardar nuestros sentimientos detrás de todas las tecnologías que nos rodean. Las personas nos fallan, la televisión siempre va a estar ahí cuando quieras ver algo y, cuando no te interese, puedes cambiar de canal. Lo mismo con tu reproductor de música, con tu ordenador... Las personas fallamos constantemente y, a la larga, puede que empecemos a fallarnos a nosotros mismos y a lo que verdaderamente sentimos.
Siempre fui de los que criticó a todos aquellos que no hacían sino gruñir, quejarse, y justificar su comportamiento actual en sus vivencias del pasado. ¿No se supone que hay que madurar, dejar el pasado atrás y ser todo aquello que nos gustaría ser y no lo que criticamos? Supongo que esto es algo solo al alcance de aquellos que tienen suerte y un poquito de voluntad... Y culparía de todo esto a los claros responsables de que yo, hoy por hoy, sea así, pero la realidad es que el principal culpable de todo soy yo.
No hay síntoma de debilidad más claro que el dejarse influir por lo que otras personas te digan o te hagan... debe ser que no soy todo lo fuerte que me creí en su momento. Cada vez se me hace más difícil acordarme de quién soy y de lo que quiero, pero las compañías no ayudan, o a lo mejor no se dan ni cuenta. Cuando nadie te dice lo que haces mal, es más difícil mejorar; aunque también es verdad que muchas veces prefiero hacerme el sordo, además del ciego. A lo mejor he conseguido enajenar indiferencia, exactamente la misma que parece que siento por mi mismo.
Dicen que, en los tiempos más difíciles, se produce el cambio. Quizás soy ingenuo al pensar que esto es un tiempo difícil, quizás estoy en lo cierto. Pero lo que sé es que el cambio ha de darse ya... y no es fácil. No es fácil dejar hablar a tu cabeza antes que a tu corazón, aunque tu corazón en realidad sienta lo que te dice tu cabeza, por mucho en que me empeñe en demostrar lo contrario. Y se hace todavía más difícil cuando le cuento mis problemas a un ordenador en vez de a una persona. Parece que mi profesora tenía razón...
Sinceramente, no sé qué es lo que espero de los demás cuando pretendo que entiendan justo lo contrario de lo que parece que quiero que entiendan. Ahí están de nuevo mis sombras, pero esta vez no dejaré que me saquen lo mejor de mi.
El cambio va a llegar.