Powered By Blogger

Vistas de página en total

jueves, 24 de mayo de 2012

Naranananá.

Era un chico caprichoso que, en su interior, sostenía el peso del mundo. La vida era una carretera tormentosa, y aprendí muchas cosas que los pequeños no deberían saber.
...pero cerraba los ojos, manteniendo los pies firmes sobre la tierra mientras elevaba mi cabeza al cielo. Y, aunque el tiempo pasa, todavía me siento como un niño cuando miro a la luna ...a lo mejor crecí demasiado pronto.
Es gracioso como se puede aprender a entumecer la locura, bloqueándola. Dejé lo peor sin decir, disipándolo... E intenté olvidar mientras cerraba los ojos, manteniendo los pies firmes sobre la tierra, elevando mi cabeza al cielo. Y, aunque el tiempo pasa, todavía me siento como un niño pequeño cuando miro a la luna ...a lo mejor crecí demasiado pronto.
Me acerqué al precipicio, totalmente inconsciente de que podría llegar a caer en él... Una parte de mi nunca será capaz de sentirse estable. Ese híbrido entre hombre y niño, agitado por dentro, estaba a punto de desmayarse; pero, por suerte, desperté a tiempo.
Ángel de la Guardia, navegas a mi lado en este océano. Las nubes anaranjadas siguen su camino transformándose en ti. Y todavía estás vivo. Siempre estás vivo.
Y, mientras cierro mis ojos una vez más, vuelvo a mantener los pies bien firmes en la tierra, y elevo mi cabeza al cielo. Y, aunque el tiempo pasa, todavía me siento como un niño al mirar a la luna.


...a lo mejor crecí demasiado pronto.




No hay comentarios:

Publicar un comentario